del 6 al 28 de septiembre
gratis en Amigos del Bellas Artes
Los viernes y sábados de septiembre se proyectarán seis filmes de uno de los movimientos cinematográficos más influyentes y modernos surgidos en Francia a finales de la década del 50. El Museo Nacional de Bellas Artes y Amigos del Bellas Artes, con la colaboración del Instituto Francés de Argentina, presentan, del 6 al 28 de septiembre, el quinto ciclo de Bellas Artes Cine, dedicado a la vanguardia del cine francés luego de la Segunda Guerra Mundial y a algunos de sus grandes creadores: Jean-Luc Godard, Alain Resnais, Agnès Varda, Éric Rohmer, Jacques Demy y Chris Marker. Las funciones serán en el Auditorio de Amigos del Bellas Artes (Av. Figueroa Alcorta 2270 - CABA), con entradas gratuitas (con reserva previa)
PROGRAMACIÓN
Sábado 7 / Viernes 27 a las 18 hs
Hiroshima, mon amour (Francia, 1969) Dirección: Alain Resnais
El filme narra el encuentro fugaz de una actriz francesa y un arquitecto japonés en Hiroshima, doce años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Aunque sí es una reflexión sobre el cine, es también una mirada sobre la memoria, sobre la huella de la historia en los individuos, y utiliza una estructura que va y viene en el tiempo, casi como un documental, sobre cómo pensamos y rememoramos. El tema de la vida interior y su relación con la exterior será, de aquí en más, central en el cine de Resnais. El estreno de “Hiroshima, mon amour” fue un acontecimiento para “Cahiers du Cinéma”, la revista que creó la moderna crítica de cine, y de la que eran filosas espadas François Truffaut y Jean-Luc Godard. Justamente, Godard organizó una mesa redonda respecto de ella con Alain Resnais y su guionista, Marguerite Duras, y fue en esa mesa en la que se acuñó el término “Nouvelle Vague” Reservar AQUÍ
Viernes 13 a las 18 hs
Cléo de 5 a 7 (Francia, 1961) Dirección: Agnès Varda
Una joven cantante tiene que esperar un par de horas el resultado de un examen médico. Una adivina le ha predicho que tendrá cáncer. El tiempo se transforma, entonces, en otra cosa. El recorrido por calles, el encuentro con un joven soldado a punto de partir a la guerra de Argelia, la vida y la muerte rondando esa espera son las componentes de una película en la que Agnès Varda –que había hecho un gran filme realista, “La punta corta”– retrata algo que solo el cine ha podido plasmar: el tiempo. La duración de la ficción (porque el cine es arte, porque el arte estiliza para comunicar) casi se superpone con la duración de la espera, lo que permite, otra vez, que la dimensión documental se deslice dentro de la película, una constante en todo el movimiento. Aquí –como en “Hiroshima, mon amour”, como en “Carta desde Siberia”– aparece también, desde lo cotidiano, la dimensión política Reservar AQUÍ
Sábado 14 a las 18 hs
Los paraguas de Cherburgo (Les Parapluies de Cherbourg / Francia, 1964) Dirección: Jacques Demy
Otro de los polos de la Nouvelle Vague fue la artificialidad extrema, llevada a tal punto que también se convertía en una forma de reflexión. Es lo que sucede con “Los paraguas de Cherburgo”, donde Jacques Demy hace que todos los personajes, en todo momento, canten (incluso los diálogos más anodinos o menos líricos, como el estado de un motor recién arreglado); hace saturar la puesta en escena con colores brillantes y hace retorcer las líneas del melodrama hasta lo indecible. Y aunque todo simula un cuento de hadas triste (y en más de una escena se subraya tal analogía), debajo aparece la ironía de mostrar cómo es la manipulación cinematográfica. También surge, de modo constante, cómo la historia (en este caso, el gran trauma de la Francia de aquellos años, la Guerra de Argelia) se interpone con las fantasías, los deseos y los sueños cotidianos Reservar AQUÍ
Viernes 20 a las 18 hs
Carta desde Siberia (Lettre de Sibérie / Francia, 1958) Dirección: Chris Marker
Se puede decir que esta película fundacional es un documental, en la medida en que se utilizan materiales heterogéneos que construyen un viaje a un lugar preciso, la Siberia soviética. Pero los elementos son muchos: desde una foto que se analiza desde tres puntos de vista diferentes, hasta un dibujo animado; desde la reflexión sobre qué implica el uso de la voz en off, hasta un ensayo sobre el universo del comunismo. Es interesante que las posiciones políticas y formales de Marker –un cineasta aparte en todo sentido, aunque perfectamente articulado con la Nouvelle Vague– pueden verse de un modo diferente hoy y permanecer coherentes, gracias a la forma lúdica y de puro fluir de conciencia que el realizador le impone a su material. Decir que se trata de una película original es poco: pertenece –como casi todo Marker– al raro conjunto de películas que no pueden repetirse
Sábado 21 a las 18 hs
Cuento de verano (Conte d'été / Francia, 1996) Dirección: Éric Rohmer
Dos cosas hay que reconocer en el cine de Éric Rohmer: el gusto por la belleza (la belleza tal cual existe, el cine como única posibilidad de plasmar esa belleza real) y la idea de que todo es parte del cine. Incluso la palabra: es raro que el espectador no se sienta interesado por lo que dicen sus criaturas. “Cuento de verano” pertenece a los “Cuentos de las cuatro estaciones” y es uno de los mejores filmes del realizador. Hay un joven (Melvil Poupaud) al que el azar y unas vacaciones llevan a que se relacione con tres chicas. El tono de comedia constante, de alegría de vivir, de ligereza, cubre, en estos encuentros aleatorios (Rohmer usa el azar como perfecta herramienta para cubrir la escritura del filme), un secreto y una ironía: ¿quién juega con quién? ¿El joven con las chicas o a la inversa? Como en todas las películas del realizador, hay un secreto que se revela para el espectador una vez que la película finaliza, de modo sutil y tan bello como las imágenes
Sábado 28 a las 18 hs
Sin aliento (À bout de souffle / Francia, 1960) Dirección: Jean-Luc Godard
Los entonces amigos y compañeros críticos François Truffaut y Jean-Luc Godard escribieron esta historia sobre un ladrón de poca monta que comete un crimen y quiere seducir a una bella chica. Él es Jean-Paul Belmondo, ya una estrella en un cine francés que estaba en un momento bisagra; ella es Jean Seberg, también estrella y de ambos lados del Atlántico. Godard hace, en realidad, un documental disfrazado: sobre París y sobre el cine, porque su historia y su forma llevan a pensar qué pasa con los personajes de una película. Hay conversaciones y romances y trampas, hay humor y hay, al mismo tiempo, aliento trágico. La película se plantea en el doble sentido de “ensayo”: por un lado, una representación aún no definitiva, un intento; por el otro, una mirada crítica sobre un arte desde el propio arte
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