viernes y sábados de octubre
en la ENERC
La Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) presenta el ciclo Cine argentino perdido y recuperado, una selección de películas recientemente rescatadas, con casos de producciones no estrenadas o exhibidas con escenas censuradas y largometrajes cuyos originales se creían perdidos. Las proyecciones serán en fílmico y se realizarán todos los viernes y sábados de octubre, a las 23 y 22 horas respectivamente, en el Microcine de la ENERC (Moreno 1199 - CABA), con entrada gratuita. La muestra, curada por el crítico e investigador Fernando Martín Peña, incluirá ocho largometrajes e inicia el viernes 6 con la proyección de Póker de amantes, de Francisco Tarantini
PROGRAMA
Viernes 6 a las 23 horas
PÓKER DE AMANTES (Argentina, 1969) Dirección: Francisco Tarantini
Un artista utiliza una obra presuntamente vanguardista para espiar la actividad sexual de su vecina, lo que la lleva a demandar quid pro quo. A diferencia de las películas con Isabel Sarli o Libertad Leblanc, Póker de amantes no tiene una trama dramática que sirva de excusa para mostrar desnudos y sexo simulado, sino que estos (es decir, los desnudos y el sexo simulado) son su única razón de ser. Este tipo de films eran más o menos habituales en los circuitos marginales de Europa y Estados Unidos desde algunos años antes, pero en la Argentina de Onganía su realización fue insólita y su exhibición imposible. La única explicación de su existencia es que fue financiado por un productor mexicano con la presunta intención de estrenarlo en los mercados latinos, cosa que parece no haber sucedido. (Reseña de Fernando Martín Peña)
Sábado 7 a las 22 horas
LA TIGRA (Argentina, 1953) Dirección: Leopoldo Torre Nilsson
Basado en una obra de Florencio Sánchez y producido por Armando Bó, fue el segundo largometraje de Torre Nilsson y contiene un trabajo formidable de Diana Maggi en el papel del título. La historia de un romance imposible entre una prostituta y un estudiante de pintura fue adaptada por el realizador enfatizando la sordidez del ambiente portuario con escenas de una violencia atípica en el cine argentino y referencias pasajeras a algunos tabúes, como el consumo de drogas o el lesbianismo. Todo ello resultó demasiado para 1953. La Dirección de Espectáculos Públicos resolvió calificar al film como de “Exhibición no obligatoria” y en consecuencia sólo tuvo proyecciones limitadas en algunas provincias. Después del éxito de Torre Nilsson con películas posteriores, La tigra accedió finalmente a un estreno formal en agosto de 1964, pero con varios cortes dispuestos por el Consejo Honorario de Calificación. Los negativos se perdieron y durante décadas se creyó que el film ya no existía, hasta que en 2001 Isabel Sarli donó al autor de estas líneas una copia completa y sin cortes, a partir de la cual se hizo un nuevo negativo de preservación. (Reseña de Fernando Martín Peña)
Viernes 13 a las 23 horas
LA CALESITA (Argentina, 1963) Dirección: Hugo del Carril
El film recorre buena parte de la historia de la Argentina a través de la figura simbólica de un calesitero que evoca sus recuerdos del pasado con el tango de Mariano Mores y Cátulo Castillo como leitmotiv. En parte se trata de un musical que aprovecha a Hugo del Carril como el gran cantor que fue. Pero también expresa esa vocación de solitario cronista de los conflictos sociales argentinos que el realizador ratificó una y otra vez en su filmografía. En este caso, además, el más famoso de los artistas peronistas se permitió interpretar a un mártir radical, con boina blanca y todo, cuando reconstruye el período en que el radicalismo era un partido verdaderamente popular y enfrentaba a los caudillos conservadores. En toda la historia del cine argentino no se encontrará un gesto de similar reconocimiento en el sentido político inverso. Los negativos de este film se encontraban perdidos hasta que en 2015 fueron hallados en la colección del empresario Alberto González, vuelta accesible por su familia. (Reseña de Fernando Martín Peña)
Sábado 14 a las 22 horas
INDIA (Argentina, 1959) Dirección: Armando Bó
Un delincuente (Murray) escapa de la policía, se refugia entre los Macá, una tribu que vive al margen de la civilización, y allí se enamora de la bella hija del jefe (Sarli), lo que ocasiona conflictos con un rival celoso. El film estaba perdido pero afortunadamente una copia fue recuperada por el Museo del Cine y preservada gracias a un aporte del BAFICI. Se verán como complemento pruebas de cámara inéditas (en color) y el trailer original del film, preservados por Isabel Sarli y la Filmoteca Buenos Aires. (Reseña de Fernando Martín Peña)
Viernes 20 a las 23 horas
LA MUERTE EN LAS CALLES (Argentina, 1957) Dirección: Leo Fleider
Adaptada de la célebre novela de Manuel Gálvez, este film es el único que el cine argentino ha producido en toda su historia sobre las invasiones inglesas. El libreto tiene la inteligencia de concentrar las tensiones políticas del período en dos parejas protagónicas –en el personaje que interpreta el argentino políglota Jorge Rigaud– y hasta se permite trazar la figura de un enemigo digno, con espesor dramático. Las escenas de acción están a la altura de lo mejor que ha dado el cine histórico argentino. No se conocían copias en fílmico en buen estado de este film, hasta que se encontró una en la colección del empresario Alberto González, vuelta accesible por su familia. (Reseña de Fernando Martín Peña)
Sábado 21 a las 22 horas
HORIZONTES DE PIEDRA (Argentina, 1955) Dirección: Román Viñoly Barreto
Producido de manera independiente, el film resultó ser la incursión cinematográfica más feliz de Atahualpa Yupanqui, que aquí fue autor, músico y protagonista. El director Viñoly Barreto, cuya pericia visual caracteriza toda su obra, utilizó magistralmente el paisaje norteño como protagonista del tema, evidenciando plásticamente su diverso peso emocional sobre las peripecias de los varios personajes. La secuencia del niño que ha perdido a su madre, por ejemplo, merece integrar cualquier antología del cine argentino. Se exhibirá en copia nueva, tomada de los negativos originales. (Reseña de Fernando Martín Peña)
Viernes 27 a las 23 horas
LA SANGRE Y LA SEMILLA (Argentina, 1959) Dirección: Alberto Du Bois
En la guerra de la Triple Alianza, la esposa embarazada de un oficial muerto en combate rescata y cura a un soldado herido. La llegada del ejército enemigo (que en este caso es el argentino) los obliga a ocultarse juntos. Du Bois solía ser un director modestísimo, pero aquí (como en Los torturados) demuestra una sensibilidad pareja a la ambición del tema. En la primera mitad, sobre todo, el rigor dramático, la austeridad general y las situaciones adecuadamente resueltas en guaraní, contribuyen a lograr la convicción del conjunto. El guión fue escrito por Augusto Roa Bastos. (Reseña de Fernando Martín Peña)
Sábado 28 a las 22 horas
PALO Y HUESO (Argentina, 1968) Dirección: Nicolás Sarquís
Esta ópera prima de Sarquís fue el primer largometraje realizado íntegramente por egresados del Instituto de Cine de la Universidad del Litoral (también conocida como “Escuela Documental de Santa Fe”). Se basó en el cuento homónimo de Juan José Saer, que en ese entonces era docente de la carrera. El film conserva toda su contenida potencia gracias a decisiones muy precisas de Sarquís y su equipo: la extraordinaria fotografía de Courtalon, en particular en las escenas nocturnas, define una estética propia atenta a ver lo que nunca se ve; el trabajo de Miguel Ligero resuelve el mayor peso dramático del film y armoniza a la perfección con el resto de un elenco que mayormente no era profesional; la puesta en escena integra de múltiples maneras paisaje y personajes en una unidad dramática que es determinante al tema. En este último sentido, son notables algunas secuencias donde la cámara practica movimientos complejos, que suman información y al mismo tiempo rompen el sentido tradicional de la representación realista. Esa misma lógica se advierte en la concepción de los flashbacks. Suele creerse que Palo y hueso es un film en el que se habla poco y nada. Por el contrario, las palabras y la manera de expresarlas son muy importantes en el film. Lo que sucede, y no es lo mismo, es que Sarquís ya evidencia en esta primera película el virtuoso dominio de los silencios que ratifica en su obra posterior. (Reseña de Fernando Martín Peña)
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