Una película de Mariano Galperín y Román Podolsky
ESTRENO 7 DE DICIEMBRE
El film, que estuvo presente en la Competencia Argentina del 32* Festival de Mar del Plata, devela las imágenes que nunca se encontraron sobre ese misterioso y breve exilio en la capital más austral de Sudamérica. Cada plano onírico que se acerca a la belleza compulsiva nos impregna en la retina la ilusión de que, al salir de la sala, podremos encontrar una huella de Duchamp en alguna esquina
En 1918 y con algo más de treinta años, Marcel Duchamp, ya es conocido en Nueva York y París por una obra irreverente y provocativa que terminaría revolucionando el arte del Siglo XX. A mediados de ese año, ante el agravamiento del clima bélico que tiene en vilo a los Estados Unidos por su participación en la Primera Guerra Mundial, Marcel decide tomar distancia y parte desde Nueva York hacia un destino más sereno y pintoresco: la ciudad de Buenos Aires, en Argentina. Lo acompaña en la aventura su amiga Yvonne Chastel, una joven artista que, como él, frecuenta las vanguardias de la época.
Luego de cruzar el océano en una travesía de casi un mes de duración, la joven pareja llega a Buenos Aires y se instala en un austero departamento del centro. Marcel comienza a tomar notas para sus futuros trabajos artísticos y en sus ratos libres -que no son pocos- juega al ajedrez. Junto a Yvonne recorren las calles de la ciudad y disfrutan de la comida sabrosa y abundante. En algunas ocasiones se suma a los paseos Katherine Dreier, gran amiga de Marcel, que también se encuentra en Buenos Aires como corresponsal de una revista neoyorquina. Pero al cabo de algunos meses, la atmósfera cerrada de una sociedad periférica no muy abierta a las ideas y las costumbres de la modernidad, cambia los planes de Marcel e Yvonne y los lleva a tomar caminos diferentes.
¿Qué hizo el creador de los famosos readymades en esa ciudad que por entonces comenzaba a despertar al mundo? ¿Cuánto influyó en sus creaciones posteriores esa voluntaria estadía en tierras tan alejadas de los centros de la vanguardia artística?
Ambientada en la Buenos Aires de principios del siglo XX, el film de Galperín (Dulce de Leche, Su Realidad) y Podolsky, Todo lo que veo es mío, reconstruye, cien años después, una de las etapas menos conocidas del gran artista francés y nos da pistas para entender por qué escribió poco antes de regresar a Europa: “Cuando nos volvamos a ver habré cambiado muchísimo.”
TODO LO QUE VEO ES MÍO (Argentina, 2017) Dirección y Guión: Mariano Galperin y Román Podolsky; Fotografía: Diego Robaldo; Música: Diego Tuñon; Edición: Andrés Tambornino; Dirección de Arte: Lorena Ventimiglia; Elenco: Michel Noher, Malena Sanchez, Julieta Vallina, Luis Ziembrowski, Guillermo Pfening, Julia Martinez Rubio, Ivan Moscher, Gaspar Pouye, Francisco Garamona
“Podemos mirar lo mismo y verlo diferente” (vcleblanc)
No hay comentarios:
Publicar un comentario