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martes, 21 de agosto de 2018

24 CUADROS (24 frames / Irán-Francia, 2017)

Una película de Abbas Kiarostami

ESTRENO 23 DE AGOSTO

La distribuidora 996films estrena en exclusiva en el Cine Cosmos UBA (Av. Corrientes 2046 - CABA) 24 cuadros, el film póstumo del maestro Abbas Kiarostami, estrenado mundialmente en una proyección especial en el Festival de Cannes 2017.

Se trata de una serie de 24 cuadros, entre melancólicos y luminosos, solemnes y lúdicos, que nacen de la inquietud del director por la observación de la vida cotidiana. El film fue realizado durante tres años por un equipo de técnicos iraníes, y se terminó y estrenó tras la muerte del director. 24 cuadros es el raro e invaluable legado de uno de los cineastas fundamentales del cine contemporáneo

“Siempre me pregunto en qué medida los artistas tratan de representar la realidad de una escena. Los pintores y los fotógrafos solo capturan una imagen, pero nada de lo que sucede antes o después”, dijo Abbas Kiarostami. 24 cuadros, fotografías o vídeos, y, para cada uno de ellos, el desarrollo de esa posible realidad que los completa. Testamento poético de uno de los mayores cineastas de las décadas recientes.

La fotografía siempre tuvo un lugar especial en la vida de Abbas Kiarostami. Apenas se graduó de la Escuela de Bellas Artes de Teherán en 1960, y cuando todavía imaginaba una carrera como cineasta, comenzó a capturar imágenes, tomando el camino de la fotografía, capturando paisajes iraníes. Nunca abandonó este estudio formal, y mientras esta obra crecía, acumuló miles de fotografías que se mostraron en una exhibición especial en el Centro Pompidou y en el MoMA, en 2007.

En su último film, 24 cuadros, Abbas Kiarostami asumió un reto único: crear un diálogo entre su trabajo como cineasta y como fotógrafo, construyendo puentes entre las dos expresiones artísticas a las que dedicó su vida. El proyecto 24 cuadros nació de un interrogante que fue a la vez artístico y metafísico: ¿qué sucede en los momentos anteriores y posteriores a tomar una fotografía? Para responder a esas preguntas, Abbas Kiarostami inventó un notable dispositivo visual: seleccionó veinte fotos de su colección personal, que él animó. Usando herramientas digitales, discretos inserts en 3D y pantallas verdes, él le dio una nueva vida a esas imágenes del pasado y trató de redescubrir las emociones que sintió cuando las tomaba.

En una compleja puesta donde se juegan por igual su genio y su delicada mirada poética, Abbas Kiarostami muestra grupos de turistas frente a la Torre Eiffel, caballos pastando en campos nevados, y bandadas de pájaros volando sobre paisajes industriales. Más allá de la emoción estética generada por esas imágenes con reminiscencias de su obra maestra experimental Diez, el film existe como una meditación sobre el tiempo pasado, la transformación de los territorios, y la fragilidad de la existencia. Melancólicas y luminosas, solemnes y lúdicas, esas cortas secuencias nos proveen de un sutil retrato de Abbas Kiarostami (N.de P.)


CRITICA VCLEBLANC 8/10 (muy buena)

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